Seguimos con esta serie de estudio de la Astronomía Prehispánica dando a conocer que nuestros originarios conocían y estudiaban a los astros en el cielo, dando un valor primordial y central a los mismos, tanto en la parte religiosa como agrícola; en este artículo llegamos a la región actual de nuestro país, Venezuela, donde nuestras etnias también tenían cierto grado de desarrollo y conocimiento de la Astronomía.

En la selva, aguas arriba del Orinoco, a la vuelta de los raudales, en la aridez de los desiertos que habitan los Wayú o en las montañas andinas de los Guasábara, no existen contradicciones entre el arriba y el abajo, todo parece fundido, inmóvil, eternamente presente. La poética de las constelaciones palpita desde las entrañas de la tierra y desde allí se proyecta al macrocosmos. Indagar sobre  astronomía en el contexto indígena venezolano es hablar de una pasión por la observación de la naturaleza,  que incluye los estratos profundos de alma, cuya materia no difiere grandemente de aquella con la que están hechas las estrellas y en particular la tierra; la madre, nuestro hogar, el lugar donde nació la vida, narrados en los relatos de una fronda mitológica de conmovedora belleza, en la que el mundo constituye un todo en delicado equilibrio.

Desde hace miles de años, los pueblos aborígenes venezolanos han estado observando el firmamento y en particular el Sol, la Luna, el planeta Venus, el cúmulo estelar de las Pléyades y algunas estrellas importantes observables a simple vista. Pero en el mundo de los aborígenes no existe el concepto de sistema, ni muchos menos del Sistema Solar.

Las etnias han nombrado varias constelaciones sobre la base de representaciones estelares del cosmos. La mejor prueba de ello son las palabras en los respectivos idiomas de cada etnia para identificar los cuerpos estelares mencionados. También hay numerosos mitos donde se relacionan algunos de sus héroes culturales con los astros citados que se mueven en el cielo visible.

A título de ejemplo, ofrecemos los nombres que utilizan distintas etnias para distinguir varios cuerpos celestes: Sol, Luna Y Venus. Comencemos por los Arawak, luego los Caribes y finalmente los Barí e independientes:

Arawaks, Luna: Añún (Paraujano), Keichare; Baniwa, Asida, Ashida, Arshita Hiwiri, Chawa, Aasrita; Baré, Ki, Huineti,, Ky, Qui; Kurripako, Jeri, Keri, Kerre; Piapoco, Amareri; Warekena, Keli, Keri, Kerre, Kerri; Yavitero, Keri, Keeri; Maipure, Keyapi.

Caribe, Sol / Venus: E´ñepa (Panare), Tosempetyonmënë / Echerkón, Cherëkon; Kari´ña, Noposko / Bedú, Vedú, Veedú; Pemón, Kaiuanog, Kaiuanoi, Nimá, Kaiwonó / Uéi, Wei, Weyú; Ye´kuana (Makiritare), Kumashi, Kumachi, Amaduwakadi / Shí, Chí; Wanai (Mapoyo), Kaputurutu / Ka:tunu, Miroi, Ka:tu; Yuk´pa, - / Guichó, Wichío, Vicho, Wicho.

Barí e independientes, Sol: Barí, Ña, Ñána, Nia-nana; Cuiva, Jometo; Guahibo (Jiwi), Wameto, Ikotia, Ikótiya, Matákabi wameto; Hoti (Vodú), Tiñewua;  Piaroa (Wo´tuja), Kh´wa´; Puinave (Wansöhöt), Motoka; Yaruro (Pumé), Dó, Amarivá; Warao Ya, Yaja, Jaja.

Luego del Sol, la Luna y el planeta Venus, los aborígenes venezolanos observaron el cúmulo estelar de las Pléyades, cuya aparición en el firmamento fue indicador para la mayoría de ellos de la cercanía de la época lluviosa. Esta época humeda significó: siembra buena casería y buena pesca, es decir, mayor cantidad de alimentos disponibles.

Palabra de la semana: ASTERISMO, grupo de estrellas que ha recibido un nombre, como el Gran Carro, y que no es una de las 88 constelaciones oficiales.

Bibliografía: http://esteticapueblosoriginariosvenezuela.blogspot.com/   Torres E, Sira E y Otros. (2010) UN INSTANTE EN EL UNIVERSO, Fundación CIDA Venezuela / Astronomía para Dummies - Stephen P. Maran, 2012. Traducción: Marta García Madera, versión digital.

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